Debe ser la locura, de este amor imprudente
que me ata sin cura, a tu falda inocente,
que me mantiene a oscuras el delirio inminente
de cambiar tu figura, por otra diferente,
Me amarre a tu cintura, y aunque hable la gente,
No te cambio por nada.
Si conozco un buen día, una dama exquisita
frenaré la osadía, de ofrecerle una cita.
Si cabalgo el tranvía de esta vida finita,
No comparto mi almohada, aunque nada me quita,
tengo el alma adiestrada,
y aunque el ego me invita,
No te cambio por nada.
Nunca falta una amiga con su historia serpiente,
para vender intrigas necesitas un cliente,
Si te clava una duda y soy yo el penitente,
si mi verdad se hace muda y le crees a la gente,
Ni la Biblia te ayuda si no tienes presente,
Que no te cambio por nada.
No, no, no, no te cambio por nada,
Ni por la antología de mis peores pecados,
Ni por la fantasía de un harem cotizado,
No te cambio por nada,
No te cambio por nada.
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